sábado, 16 de abril de 2011

1+1=3

"En muchas personas existe la creencia de que una pareja tiene que compartir todo.
Que sus integrantes dejan de ser seres individuales para pasar a formar parte de la famosa naranja, de la cual somos la mitad.

“Cuando encontré mi media naranja me di cuenta que yo era un pomelo”, me dijo un día un amigo.

Hay muchos mitos sobre ese tema dando vueltas, como por ejemplo el que dice que una pareja debe hacer todo juntos o no tener secretos.

Una vez cada dos meses más o menos hacemos una cena de amigos. Un par de ellos están constantemente mirando el reloj y jamás vienen a compartir el café que solemos tomar en otro lado después de la cena.

¿El motivo? Que cenar con los amigos no son cosas que tenga que hacer una persona que está en pareja (según sus esposas).

Aclaro que esto no es una cuestión de género. También están los hombres controladores que necesitan saber todo cuanto hace y piensa su pareja y cualquier cosa oculta se toma como una traición.

Mariana y sus amigas tenían la costumbre de juntarse todos los jueves a la tarde. Tomaban el té, jugaban al buraco y charlaban.
Bueno, al menos eso es lo que decían y la verdad que no viene al caso si se pasaban la tarde hablando de extrañas recetas para hacer feliz a su amante en la cama. El hecho es que se juntaban y la pasaban bárbaro.
Pero Cata, por más bien que la estuvieran pasando, a las seis en punto se iba.
“Es que a las seis y media llega Jorge”, decía. Y con cara de “lo siento, no puedo hacer otra cosa”, saludaba y se retiraba.

Cuando veo ese tipo de situaciones me pregunto… ¿Es que los seres humanos pierden la individualidad al estar en pareja? ¿Dejamos de ser personas para pasar a ser la mitad de un nuevo ente?

-¿Estado civil?-preguntó uno.
-Prisionero –respondió el otro.

Es que más allá del chiste, creo que así es como se debe sentir una persona que perdió todo tipo de libertad para hacer algo que le agrada sin contar con la aprobación o el permiso de la otra parte de la naranjita.

Soy un convencido que en lo que a parejas se refiere, uno más uno no es dos sino tres.

Soy yo, sos vos y somos nosotros.

Hay cosas tuyas, cosas mías y cosas de los dos.

¿Creen que estoy tan equivocado?"

Autor: Fabio Fusaro