sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Tú crees en la vida despues de....?

 
 
 
 
 
"En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella..."

Autor desconocido.
 
Me lo han mandado esta mañana por email y la verdad es que me ha gustado mucho, me ha hecho pensar, por eso he querido compartirlo con vosotros.

¿Qué te ha hecho pensar a tí? 

lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS "MODOS" DE MI PRE-ADOLESCENTE

Ayer hablando con mi hijo, un pre-adolescente de 12 años, le decía: Fabio estás en la etapa más rara de tu vida, eres como un ordenador, puedes estar en tres modos diferentes y cambiar de uno a otro en décimas de segundo sin darte cuenta. 
Está: el "modo niño", el  "modo adulto" y el "modo amorfo". 
El "modo niño" cuando lo único que quieres son besos, mimos, te pasas el día detrás de mí, te pones celoso de tu hermana, estás todo el día jugando o viendo dibujos animados..
Cuando estás en el "modo adulto" se puede hablar contigo de cualquier cosa, razonas perfectamente, lo entiendes todo, adoras a tu hermana y la ayudas, se puede contar contigo para todo...
y luego está el modo más peligroso: el "amorfo" no sabes si vienes o si vas, si subes o bajas, igual  me quieres que me odias, en un momento me comes a besos y dos segundos despues soy horrible y te encierras en tu cuarto y no quieres saber nada de nadie.
Sé que cuando estás así es cuando más me necesitas, porque quieres consolarte y contarme mil cosas y que yo te abrace, te mime, te bese, te diga que te quiero que no pasa nada, pero tu lado adulto no te deja acurrucarte junto a mí. Unas veces gana uno y otras veces gana otro, pero llegará el día que serás un adulto y entonces comprenderás que el dejarte mimar, besar, abrazar, aconsejar o simplemente estar abrazados en silencio, no es para avergonzarse, al contrario, ¡lo buscarás!.
Pero hasta que llegue ese momento quiero que sepas que estoy a tu lado, que puedes contar conmigo para lo que quieras, que este viaje lo hacemos juntos y te ayudaré en todo lo que necesites.
Y sabes  ¿porqué? PORQUE TE QUIERO.