Este fin de semana hemos estado de viaje, hemos ido de comunión, como el 99% de la población española y he llegado a casa especialmente triste.
Este invierno, justo antes de Navidad, nos presentaron a una pareja que parecía encantadora (y digo parecía por lo que os voy a contar ahora), la verdad que ella me chocó bastante por su forma de vestir, es una mujer joven, alta morena de ojos negros, pero se pasó todo el fin de semana con la misma ropa: pantalón negro super ancho, jersey negro, rebeca marrón y zapatillas de estar en casa. Iba sin maquillar y ahora que lo pienso estaba triste, era una mujer triste. El era bastante seco y me parecía que siempre estaba del mal humor, y ahora que lo pienso nunca se sentaban juntos...
Este fin de semana me he enterado que se han separado.
Ella lo ha abandonado.
El la maltrataba.
Ese día había bebido demasiado y le montó a su mujer una escena en plena calle delante de sus amigos y lo peor de todo, delante de su hija, cogió su coche y se fue dejándolas tiradas en plena calle y si no llega a ser por estos amigos en común que tenemos, no sé que hubieran hecho.
Entonces cuando yo pregunté el por qué me contaron toda la historia. Hacía años que no la dejaba salir de casa, no tenía ropa que ponerse, cuando tenían que comprar la comida iban juntos y no podía mirar a nadie, sino se la liaba delante de quien fuera, a parte de insultos y menosprecios.
Muchos años han durado pero me alegro que María por fin se halla dado cuenta del maltratador con el que vivía, el otro día le decía a mi amiga: "me siento libre desde que no estoy con él, puedo salir a comprar el pan yo sola, tenía que haberlo hecho antes..."
Ojalá que las mujeres que sufren algún tipo de maltrato sean capaces de decir ¡basta!. Nunca es tarde para dar el primer paso.
Y ya no os puedo seguir contando nada más por que me siento muy muy triste y las lágrimas me impiden ver las letras en el ordenador.
Lo siento...
