martes, 25 de octubre de 2011

¿ERES FELIZ? ¿VERDADERAMENTE FELIZ?


"En un seminario para matrimonios, le preguntaron a un Hombre:
-¿Te hace feliz tu esposa? ¿Verdaderamente te hace feliz?
En ese momento la esposa levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposo diría que sí, pués el jamás se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo el esposo respondió con un rotundo
- 'No ...... no me hace feliz'
Y ante el asombro de la mujer... continuó:
- 'No me hace feliz ......... ¡Yo soy feliz! ...
El que yo sea feliz o no, eso no depende de ella, sino de mí.
Yo soy la única persona, de quien depende, mi felicidad.
Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera ...de alguna persona, cosa... ó circunstancia. ... sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas.
Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente. ...... el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. Y así podría decir una lista interminable.
A través de toda mi vida, he aprendido algo; decido ser feliz y lo demás lo llamo.... 'experiencias': amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.
Hay gente que dice:
- No puedo ser feliz ... porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró...
Pero ...lo que no sabes es que ....PUEDES SER FELIZ.......
aunque... estés enfermo,
aunque... haga calor,
aunque... no tengas dinero,
aunque ...alguien te haya insultado,
aunque ...alguien no te amó ,
o no te haya valorado .
La vida es como andar en bicicleta... te caes, sólo si dejas de pedalear
SER FELIZ ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA CADA UNO DECIDE".
 
Patty Hansen
 
 

viernes, 21 de octubre de 2011

LA VEJEZ


Hoy me han mandado este p.p. y me ha gustado muchísimo por eso lo quiero compartir con vosotr@s. Espero que os guste.
Un super abrazo para tod@s.

 

El otro día, una persona joven me preguntó:
¿Qué se sentía ser viejo?
Me sorprendió mucho,
ya que no me consideraba vieja.
Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le explique que era una pregunta interesante…
Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo…
Soy la persona que quiero ser…
Algunas veces me desespero al ver mi cuerpo, las arrugas, los ojos con ojeras, la celulitis.
Y a menudo me sorprendo de la persona que vive en mi espejo.
Pero no me preocupo por esas cosas por mucho tiempo. 
No cambiaría mi amada familia,
ni a mis sorprendentes amigos, ni mi maravillosa vida,
por menos cabellos canosos y un estómago plano.
Me he convertido en mi amiga.
No me regaño por no hacer mi cama, o por comer esa galleta extra…
Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y oler las flores.
He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo
¿A quién le interesa si escojo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quién sabe qué hora?
Bailaré conmigo al ritmo de esos maravillosos acordes de los 50´s y 60´s.
Y si después deseo llorar por algún amor perdido...  ¡Lo haré!
Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre un cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini.
Ellas también se harán viejas,
si tienen suerte...
Sé que algunas veces soy olvidadiza, pero me acuerdo de las cosas importantes.
A través de los años mi corazón ha sufrido…
Por la pérdida de alguien querido, por  el dolor de un niño, o por ver morir a mi mascota.
Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza, lo que nos hacer crecer.
Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto.
Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud,
antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Cuando se envejece,
es más fácil ser positivo.
Te preocupas menos de lo que los demás puedan pensar.  
Ahora bien,
para responder a la pregunta,
con sinceridad puedo decir:
¡Me gusta ser vieja,
porque me ha dado mi libertad!